El mago de Oz.
Érase una vez en
Kansas, en medio de una inmensa pradera gris, una casa que había
perdido su color, en la que vivía tía Emma, que ahora tenía los
ojos y la tez de color ceniciento; el tío Henry, siempre con un humor
sombrío, y Dorothy, una preciosa niña que, con su risa y sus
jugueteos, era la única que alegraba aquel triste paisaje...
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Dorothy |
Un plomizo día de
verano:comenzó a levantarse un extraño viento. Tío Henry se
apresuró a avisar a tía Emma y Dorothy para que se refugiasen en el
sótano de su casa, pues se acercaba no un ciclón sino dos ciclones,
uno proveniente del norte y otro proveniente del sur. Se voló la
casa con el ciclón y era un mundo extraño y la casa cayó sobre la
bruja mala del sur. Los habitantes estaban muy agradecidos, la niña
Dorothy quería derrotar a la bruja del monte y se encontraron con
tres amigos, que les ayudaron.
La malvada bruja del
oeste encerró al león cobarde, intentó ponerle un arnés para
utilizarlo de coraza. A Dorothy la llevó a la cocina, la mandó a
hacer tareas. Pero un día la bruja del oeste quería esos zapatos
mágicos, Dorothy no quería que le quitara los zapatos. Dorothy le
echó un vaso de agua y la derrotó. Dorothy quería ir a su casa y
cuando cerró los ojos y los abrió: ya estaba en su casa con sus
abuelos.
Miriam Ortega y Laura Ramos, 5º A
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